La casa de muñecas.

LA CASA DE MUÑECAS

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En esta entrada hago unos cuantos apuntes sobre el poder adquisitivo y la calidad de vida y contesto a dos lectores.

Bueno, entremos en materia…

Este blog se abrió en el año 2012.

En efecto, tiene casi 12 años. Más que la edad mental de algunos de vosotros jo jo jo.

Desde sus inicios puse a parir a vendehúmos de toda índole.

Sinceramente, pensaba que, dado que cada vez había más gente que destapaba y criticaba sus ‘estafas legales’, irían desapareciendo poco a poco.

En caso de no hacerlo tendrían que buscar argumentos y ‘ganchos’ más elaborados para captar clientes.

Y, sí, hubo un momento en el que parecía que era así…

Sin embargo, desde hace unos dos años no solo han tenido un resurgimiento poderoso, SINO QUE ENCIMA SON MUCHO PEORES QUE SUS PREDECESORES.

Por ejemplo, el anormal de las burpees NO DICE NI PROPONE NADA.

Absolutamente nada. Es el vacío total.

El politatuado de Barcelona, que cada vez da más vergüenza ajena (de hecho, creo que está un poco mal de ahí arriba), al menos intentaba convencerte de que podías hacerte rico invirtiendo en bolsa.

Pero es que el de las burpees ni eso.

Tan solo sale en los vídeos enseñando cochazos y mansiones y presumiendo de pasta.

Ya está.

Cada vez son más los imbéciles que caen en sus redes, lo cual demuestra que el sistema educativo está en plena decadencia.

No. En serio. Todos mis amigos profesores coinciden en que los estudiantes de cada año que entra son más estúpidos que los del anterior.

Llevamos mucho tiempo de capa caída.

Como ya os dije por aquí, hay estudios que indican que el CI de la población general está disminuyendo. Sobre todo, a partir de los nacidos en los 90.

Mirad, ya os di datos al respecto en una entrada reciente.

En España, con suerte, cambiando de empresa, estudiando lo que pide el mercado (y no gilipolleces como periodismo o filosofía) y currándooslo vais a estar entre los 30.000 y 60.000 euros al año.

Más cerca de los 30.000 que de los 60.000.

En el post que hablaba sobre esto me escribieron varios ingenieros, repito: INGENIEROS, que me comentaron que les costó bastante superar la barrera de los 30.000.

Los datos son los que son. No os creáis a los imbéciles de la red que aseguran ganar 3.000 netos al mes y disponer de un miembro de 65 cm y una novia eslava rubia de ojos azules y una casa con jardín y dos San Bernardos.

¿Significa esto que es imposible superar los 60.000?

NO.

Por supuesto que no.

Lo único imposible en este mundo es que un murciano termine una carrera universitaria, un andaluz se despierte de hacer la siesta, un vasco abra un libro de historia o un catalán caiga bien.

(Como siempre, haciendo amigos jo jo jo).

Pero, insisto, los datos son los que son. La probabilidad de que lo consigas en España es tan baja que resulta despreciable.

Podéis consultar los números: es más fácil que la palmes por culpa de un tornado o en un avión, nazcas con un dedo de más, tengas un accidente chungo en la ducha, dejes preñada a una tía que se ha tomado la píldora, te secuestren estando en casa, te mate una vaca (casi) o que entres en Harvard a que superes los 150.000 euros anuales al año en España.

Y no lo digo en plan gracioso.

Fíjate que esa cifra ni se acerca al ‘millón’ del ‘millonario’.

Dicho de otra manera, por mucho que te dejes la piel, tengas el ‘mindset’ (así, leído con acento de paleto de Nebraska que se folla gallinas) correcto y hagas burpees a las 5 de la mañana lo más seguro es que te toque revisar de por vida los recibos de la luz y electricidad para que no te cobren de más. Te va a importar cada centimillo, joder.

No es que con esto pretenda desanimar a nadie.

Intento ser realista, joder.

Por ejemplo, me pasaron un vídeo de un pavo que trabajaba en una gasolinera y se había metido en una de estas ‘sectas’.

Decía que estaba haciendo lo ‘correcto’ y que luchaba por ‘ser rico’.

¿Pero qué cojones? ¡No, tío! ¡No estás haciendo una mierda para ser millonario! ¡Estás haciendo algo de deporte y currando en una puta gasolinera! ¡Ya está! ¿Es que no lo ves? ¿Cómo puedes estar tan loco, joder?

Y, ojo, yendo un poco más hacia abajo, si en algún momento superas el filtro de los 40.000 al año prepárate porque lo más seguro es que tengas que soportar una cantidad de estrés, responsabilidades, aprendizaje y trabajo general que no te va a dejar dormir.

Mi último trabajo en Barcelona era de este tipo.

Ganaba un pastizal (en aquel contexto, claro), pero no vivía.

Y como no vivía no me compensaba ganar el pastizal.

Me quemé tanto que, de hecho, me acabé largando de la ciudad para probar suerte en otros rincones de España.

¿Sabéis qué? Soy de una generación que se crio con lo que antaño se llamaba ‘conciencia de clase’.

Sí, ya sé que es algo muy ‘rojo’ y tal. Pero era útil.

¿Por qué? Porque si tenías dos hijos y trabajabas en una puta fábrica por poco más del salario mínimo tu principal prioridad era la de sacar tu familia adelante.

Mucha de la peña de mi generación y la de mis padres no salía, no iba de vacaciones, intentaba reparar los cuatro trastos que tenía en casa, reaprovechaba la ropa y los libros y un montón de movidas más.

¿Por qué?

Porque éramos pobres y SABÍAMOS QUE LO ÉRAMOS.

Sin embargo, actualmente la actitud de la peña es alucinante.

Una noticia sobre España de hace una semana o así es que han aumentado un 200% las solicitudes de préstamos para irse de vacaciones.

Lo más psicodélico es que la cantidad media que se pide es de unos 6.000 euros.

Creo que ni en mis viajes a U.S.A, los más caros que he hecho, me he gastado semejante locura (aunque, para ser justos, yo iba solo. Entiendo que en familia los viajes se encarecen mucho).

Vayamos al meollo de la cuestión

Si tienes que pedir un préstamo para irte de vacaciones significa QUE NO TE LAS PUEDES PERMITIR.

PUNTO.

Tienes que buscar destinos más modestos.

El que tengas que sacarte un préstamo para algo tan banal y prescindible demuestra que por un lado eres imbécil y, por otro, pobre.

Pero tú no lo sabes.

Tu mujer te presiona con que la Leti del trabajo estuvo en Turquía el año pasado con los críos y se lo pasó genial.

Y le dio mucha envidia ver sus foticos comiendo kebabsitos sabrosos ñam ñam delante de un turco guapetón al que se le marcaba el paquete ñam ñam.

A ti te puede más el imaginarte vacilando a tus colegas, entre gintonics de diseño, que te has pegado una escapada de marqués y los likes que puedan darte en Instagram que el propio viaje en sí (ya que, seamos sinceros, no sabes una puta mierda del país que pretendes visitar).

Y tu crío de 12 años siempre te da la tabarra con que todos los de su clase van al extranjero y él no.

Resumiendo: nos hemos vuelto todos gilipollas.

El otro día me contaron que un tío que conozco, que gana poco más del salario mínimo, se compró un coche de 60.000 pavos.

¿Le interesan especialmente los carros a este tío? Es decir ¿se puede justificar este desembolso de dinero porque son su afición y los entiende y tal?

Pues no.

Lo que le gusta es presumir de un estatus que no tiene. Igual que su mujer: va de pija cuando también cobra el puto salario mínimo.

Y así podría seguir poniendo ejemplos del estilo, pero estoy hasta los huevos ya.

Mi recomendación es la de siempre: si llevas un nivel de vida que va parejo a tus ingresos, no solo vas a vivir mejor, sino también más despreocupado y feliz.

¿Por qué?

Vas a disfrutar más de tu dinero.

Este te va a cundir más en un lugar humilde que te puedas permitir que, por ejemplo, en Nueva York donde, literalmente, si no vas con cuidado puedes arruinarte.

Y porque, no sé, yo me sentiría idiota si cada mes me llegase un cobro de 300 pavos por un viaje y otro de 300, a 12 años, por un coche de 60.000 euros que, encima, como soy pobre, me toca dejar en la calle a merced de los elementos y los desconsiderados que puedan golpearlo o rayarlo.

Hace no mucho todos teníamos claro que éramos unos mierdas a los que tocaba doblar el lomo para subsistir.

Ahora muchos están trastornados. Se creen lo que ven en Internet o qué sé yo. Se han tragado ‘El Espectáculo’.

De hecho, hay matrimonios que se sostienen por el postureo; porque saben que por separado no van a disponer de suficiente capital como para llevar la vida que ellos creen que se merecen.

Que no, tío. Que no eres rico. Ni especial. Ni los demás te debemos nada. Y el aparentar que sí no te va a acercar más a ‘conseguir tus objetivos’ ni nada de eso.

Lo único que vas a obtener con ello es frustrarte y agobiarte, joder.

Cambiando de tercio, voy a contestar un mensaje de Hespaiderman.

Lleva una temporada tratando con mujeres y les pide consejos para ligar.

Sin embargo, las recomendaciones de las damiselas no parecen surgir efecto.

Tío, grábate esto a fuego: a las últimas que debes preguntar cómo se liga es a las tías.

Como bien dices en el mensaje, las tías dicen una cosa y luego hacen otra.

Tú tienes que fijarte, precisamente, en lo que hacen y no en lo que dicen.

En la cutre seducción del 200x se decía que esto era debido a que las pavas eran como una especie de animales irracionales que actuaban tan solo en función de sus sentimientos y emociones y tal.

Ya veis la imagen que tenían de las muchachas jo jo jo.

Es mucho más simple que esto.

Imagina que desde los 13 años sin hacer una puta mierda se te presentan opciones de folleteo constantemente.

¿Le darías muchas vueltas al asunto o qué?

Quiero decir que las tías no tienen la necesidad de profundizar ni razonar en la seducción, a diferencia de casi todos nosotros, porque a ellas simplemente es algo que les ‘sucede’.

De ahí que muchas crean que el amor o incluso la atracción física sean algo ‘mágico’ e ‘inexplicable’.

Para entendernos ¿tú piensas mucho en tu sistema respiratorio o digestivo? ¿Verdad que no? ¡Los das por supuestos! ¡Son una parte tan cotidiana de tu vida que ni les prestas atención!

Pues algo así.

Me has hecho recordar a una tipa que nos hacía mucha gracia a mis amigos y a mí porque decía que la altura no era nada determinante en las mujeres para seleccionar una pareja masculina.

Misteriosamente, esta chica SIEMPRE se liaba o tenía parejas que le sacaban una cabeza como mínimo. SIEMPRE.

Y cuando se lo echabas en cara decía que era ‘casualidad’ jo jo jo.

Sí, sí. Casualidad.

Que todas las escorts que contrato tengan menos de 30 también es casualidad jo jo jo.

Donde creo que las tías sí pueden ser buenas consejeras es en el tema estético.

Es algo que casi todas ellas entienden. Te van a saber guiar sobre lo que te queda bien y les humedece el chichi, lo que te da un aspecto aburrido y neutral y lo que te hace parecer gilipollas.

De hecho, y no va de coña, me encanta ir a comprar ropa con tías.

Nunca he dejado de hacerlo.

De hecho, creo que en este sentido fui un pionero, ya que antaño se consideraba propio de ‘gays’.

Las tías flipaban cuando se lo proponía.

Pues, fuera coñas, alguna acabó comiéndome la polla después de haberlo pasado genial comprando telitas por el centro jo jo jo.

Sigamos.

Me comentas que uno de tus traumas es que todas las tías que conoces en páginas de contacto son feas, están locas o las dos anteriores a la vez.

Joder, otra vez con el temita de los cojones.

Vamos a ver, partiendo de que, como ya hemos dicho, a las tías se les presentan opciones de folleteo sin hacer demasiado en su día a día ¿Para qué cojones van a meterse en un sitio de esos en los que, por cierto, los babosos y pesados las agobian?

Las tías buenas, y hasta las normalitas, pasan de estas historias.

Puede que se abran un perfil a ver si pescan algo un día de verano que se aburren en la casa del pueblo, pero lo acaban abandonando al poco tiempo o no le hacen mucho caso.

Vamos, que si obtienes un match apetecible es probable que te responda cada tres días o ni eso.

Una noticia reciente fue que las descargas de aplicaciones de contactos caen año tras año. Por algo será, joder.

Encima, a menos que seas un tipo ultra-fotogénico y resultón en estas aplicaciones te buscas una competencia masculina muy loca e innecesaria.

Las tías buenas están en el ‘mundo real’.

Me temo que para conseguirlas hay que volver a seducir en los mismos lugares que antaño y echarle huevos.

No hay otra.

Pero es que encima en el mundo real, como ya he explicado otras muchas veces, dispones de muchísimas más opciones SUSTANTIVAS de meterla.

Encima con las que te gustan.

¿Te puedes llevar alguna alegría de las tías de estas app’s? Pues, claro, como poder, puedes.

Faltaría más.

Pero la tónica general es que los pavos, después de gastarse bastante dinero en ellas (esto es otra, si quieres que sean efectivas de verdad y que las tías vean tu perfil tienes que soltar pasta), se acaban follando una al mes que no es gran cosa.

O que está como una cabra. O que tiene una de problemas que da miedo.

Todo esto sin entrar en que si solo haces ‘match’ con tías que parecen salidas de las tropas de Saruman te puedes deprimir y pensar que eres poco atractivo cuando realmente molas y eres guapetón.

Yo, por ejemplo, alucino con las historias que me cuentan algunos lectores o mis amigos.

Existen mil sitios donde conocer mujeres de una manera natural y poco agresiva en ‘el mundo real’.

Sin ir más lejos, la última que me follé sin pagar salió de un concierto.

Me entró ella. Yo iba sin intenciones de nada a ver el directo y ya está.

Pero es que antes de esta me abrieron conversación otras dos.

Los conciertos solían ser buenos lugares para seducir porque llevabas una estética acorde al grupo que tocaba y tenías en común el gusto por la banda en cuestión con ellas.

Todas estas mierdas se están perdiendo por culpa de los festivales.

Me toca mucho los huevos que para ver ciertos grupos desde hace unos años tengas que comerte la entrada de un puto festival donde tienen un horario industrial de fábrica y más de la mitad del público suda de ellos y está ahí por los jijís y los jajás y la ‘fiesta’.

Y casi que mejor porque si la banda tiene cierto renombre el precio de las entradas es salvaje.

Un colega madrileño hace poco me preguntó si quería que fuéramos a ver a ‘Los Pearls Jams esos que te gustan’ en la capital.

No me pareció mala idea hasta que vi el precio de los tickets ¿cómo cojones piden tanto para ver a cuatro ancianos, que dan más pena que otra cosa, tocando rock n’ roll desde la otra punta de un estadio en la que no se ve una puta mierda?

Hespaiderman, te lo digo en serio, uno de los comentarios más comunes de este blog es que a muchos les ha cambiado la vida el dejar las putas aplicaciones y conocer tías en el mundo real.

Es que no hay color, vamos.

Tú mismo.

Lonesome, me comentas que vives en Alemania y que a muchos locales les sorprende que seas rubio con los ojos azules.

Que seas incluso más rubio que ellos.

Joder, esto es por culpa de los estereotipos del cine y la tele, aunque en el caso de Alemania incluso, si nos ponemos, podríamos remontarnos hasta los putos románticos del S. XIX (ay, qué pereza me dan, oh Gott!).

Desde un punto de vista audiovisual los estereotipos funcionan muy bien porque te permiten ahorrar en ‘recursos narrativos’.

Me explico.

Si tú pones a un tío con el pelo largo, una camiseta friki y ropa extraña delante de cuatro pantallas en una habitación llena de trastos tecnológicos raros y luces de neón no necesitas explicar mucho de él porque la peña entiende al instante que es un ‘hacker-informático-rarito’.

No hace falta explicar nada más. El tiempo que te ahorras con esto le puedes invertir ahondando en los personajes principales, mostrando escenas de acción o lo que sea.

Si en un instituto yanqui pones un pavo atlético y muy guapo con actitud de gilipollas delante de unas taquillas automáticamente sabes que es el puto ‘jock’ del lugar, el capitán del equipo de fútbol, joder.

Y así con todo.

Ahora bien, como os he dicho muchas veces, EL CINE Y DERIVADOS NO SON BUENOS ESPEJOS DE LA REALIDAD.

No hay peor manera de conocer la realidad que mediante el cine.

Por ejemplo, todos los tíos que he conocido en mi vida que se dedicaban a la ‘ciberseguridad’, los ‘hackers éticos’, eran unos pijos de cuidado. Todos.

Vamos, lo contrario a los frikis de las pelis.

Sí, vale, sé que en España está Chema Alonso, un hacker ético que sí va vestido así. Pero es que este tío ya ha explicado varias veces que parte de su imagen personal, su marca, se basa en adaptarse a la concepción que tiene la peña sobre los ‘jackers’.

De hecho, hay una peli surrealista de los 90 llamada ‘Hackers’ que impactó mucho en el imaginario popular.

Salía Angelina Jolie de muy jovencita, la típica tía informática de toda la vida (adviertan el tono irónico), con el pelo corto.

Qué buena estaba, la muy cabrona.

A los cinco segundos de verla te entran ganas de meterle un dedito swif swif.

Y mucha de la peña que hace deporte no solo es más culta e inteligente que la media, sino que tampoco da puto asco ni hace bullying.

Hay tíos con unos bíceps extraordinarios que son buenísimas personas y caen bien y hasta tienen doctorados.

Quiero decir que si os guiais tan solo por los arquetipos del cine, que ya os he dicho que en este lenguaje tienen su sentido por pura economía narrativa, os vais a llevar muchos disgustos porque casi toda la peña que vais a conocer no se va a ajustar a ellos.

Hay otros que sí, claro.

Hay algunos que parecen más estereotipos cinematográficos que los propios estereotipos. Hasta parece que lo busquen. Pero ya me entendéis.

Esto no significa que los ‘patrones’ puedan resultarnos útiles SIEMPRE Y CUANDO SEAN LOCALES.

Es decir, si vives en un determinado sitio habrás notado que hay gente que, sin ser muy consciente de ello, comparte una serie de características, intereses y hasta actitudes.

Estas mierdas pueden ir bien a la hora de ligar.

Un ejemplo básico: no es lo mismo ligar en la disco pija del centro donde ponen reggaetón que en un concierto perroflauta de ska.

Yo, que como sabes también vivo en el extranjero, soy muy consciente de que el estereotipo español del cine ha hecho mucho daño.

Se creen que somos todos morenos, con el pelo negro y rizado y los ojos como el carbón; que tenemos la sangre ‘caliente’, somos ‘pasionales’ y progresistas, aunque también religiosos (?).

Para entendernos, galanes de telenovela venezolana.

Da igual que hayan visitado nuestro país y se cruzaran con miles de españoles que no eran así ni por asomo: pensaban que eran turistas.

Da igual que tú tampoco seas así: pensarán que eres una excepción o que tus padres son extranjeros.

Da igual que les expliques que a tu clase del colegio iban dos pelirrojas y que cada semana te hacías pajas imaginando que te corrías en sus mejillas pecosas mientras ellas te sonreían con cara de viciosas.

Da igual. El estereotipo del ‘Espectáculo’ es tan poderoso que nada se puede hacer contra él.

Y este estereotipo está más cerca del ‘hispano’ de las pelis yanquis que de cualquier ‘europeo’.

No es casualidad que los actores españoles más famosos de alguna manera lo potencien.

Lo que no saben los guiris es que peña como Antonio Banderas o incluso Penélope Cruz tiene unos rasgos bastante exóticos incluso para nosotros.

¿Qué hago yo?

A veces juego con esta fantasía.

Es decir, muchas guiris van en busca de ese español prototípico que tan solo existe en sus cabezas y en el cine más comercial.

Es algo que simplemente se nota. Si te hablan de sangría, toros y no sé qué pollas más ya sabes por dónde van.

Y yo se la doy.

Me visto de ‘latin lover’ en la cita. Soy caballeroso. La llevo a un restaurante de ‘tapas’. Vemos un espectáculo de flamenco. Paseo con ella por lugares románticos y le digo que es hermosa. Le comento que en verano me gusta tumbarme en playas de agua cristalina. Etcétera.

No sabes la de guiris que han acabado con mi juguito en su interior por haberles vendido la moto de que soy ese español que no existe en el mundo real.

No solo no existe, sino que no se parece una mierda al español medio real.

Ni tan siquiera se parece al español medio seductor, joder.

Pero, en fin… no sé… ¿Puedo luchar contra estos estereotipos? No. De hecho, cada vez que me meto en Internet y los guiris hablan sobre algo relacionado con España de alguna manera los renuevan.

¿Puedo sacarles provecho? Pues sí.

Yo hace tiempo que soy consciente de que no voy a cambiar el mundo. Lo que sí puedo hacer es sacar tajada de sus mierdas.

Puedo convertirme en una fantasía para ellas de la misma manera que las escorts potentorras que me trajino, zas zas, hacen conmigo.

Tenlo en cuenta.

Por cierto, ya que estamos, quisiera puntualizar algo.

A mí los clubs de carretera que huelen a coño deshidratado, están repletos de tías con pintas de tener problemas con las drogas y tal no me van.

Tampoco las putas de calle o los sitios ‘chabacanos’.

A mí me gustan las señoritas elegantes y educadas.

Tías que en ningún momento pensarías que se dedican a la prostitución, joder.

Tías que tienen mucha conversación y modales.

Tías con las que, antes de follar, siempre paso un buen rato de ‘calentamiento’. Por ejemplo, bebiendo vino y hablando sobre esto y aquello.

Claro, todo esto se paga, pero es lo que me gusta.

Yo no me pillo a una hispanoamericana con un culo tan grande que no le cabe ni un hula hoop y sabes que va a pedirte que la invites a coca y lleva una ropa interior que huele igual que un campo de batalla medieval justo después del combate.

No.

Yo pago por tías preciosas que van con una lencería más cara que toda la ropa que lleváis encima.

Tías que se maquillan y saben vestir y hablar, joder.

A ver si os pensáis que me molan las arrabaleras jo jo jo.

En fin, me cansé de escribir. En cuarenta minutos he quedado con una pava.

Suena ‘Sin Remedio’ de Ilegales. Ni hecho a propósito, joder. Es una buena canción para finalizar con esta entrada.

Felices polvos, cabrones.

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