Señor Hallorann ¿qué hay en la 237?

SEÑOR HALLORANN

¿QUÉ HAY EN LA 237?

creation(5)

Echo de menos los combates de Pacquiao contra Márquez.

Bueno, entremos en materia…

Abro debate: ¿En cuál de estos escenarios se anda más?

A.- Yendo a pie desde Murcia hasta Vladivostok (capital de la parte este de Rusia).

B.- Cambiando de terminal en el aeropuerto de Madrid (Barajas Adolfo Suárez).

Espero respuestas.

¿Por qué nadie se acuerda de Fear Factory?

Era una banda de industrial metal que te hacía sentir atrapado en un cubo Borg o algo así, joder.

Ya que estamos, tratemos un asunto que estos días me tiene preocupado.

Creo firmemente que la mejor serie para TV de ciencia ficción es ‘Star Trek: La nueva generación’.

O como se llamó originalmente: ‘Star Trek: The Next Generation’.

Tanto es así que cada vez que suena la característica melodía de su opening me emociono, joder.

¿Qué era lo que la hacía tan buena siendo que una gran parte de sus episodios se desarrollaba en un mismo escenario, el puente de mando, y se notaba que su presupuesto era reducido?

Los guiones.

Eran sublimes.

Eran tan buenos que incluso enmascaraban un hecho del que se hacía mucha coña en la época: que la mayoría de las especies de la galaxia fuesen de tipo ‘humanoide’ con ligeras diferencias entre ellas.

Por ejemplo, unas orejas puntiagudas o unos mofletes más anchos.

Los guiones eran tan buenos que incluso esto, que era fruto de no tener demasiada pasta por episodio, se resolvió de manera magistral hacia el final de la serie y acabó siendo uno de los pilares centrales del universo Star Trek.

Bueno, para ser justo algunos no eran tan geniales.

La serie tuvo 176 episodios, con lo cual, por fuerza, había algunos mejores que otros.

De hecho, no os recomiendo verlos todos. Aunque, claro, yo sí lo he hecho jo jo jo.

Son demasiados.

En Internet hay guías sobre cuáles son los mejores o más emblemáticos, joder.

El caso es que hace poco en Amazon Prime estrenaron ‘Picard’, que era como una continuación de ‘Star Trek: The Next Generation’.

Yo, evidentemente, tenía muchas ganas de verla.

Pues, bien, he tenido que dejarla en la segunda temporada.

¿Por qué?

Lo que hizo grande a la primera fue no solo ser muy fina a nivel científico-tecnológico (por ejemplo, los personajes ya iban con tablets… ¡Y estamos hablando de los 80 donde esta tecnología no aparecía en casi ninguna otra ficción!) y filosófico, sino las reflexiones que sugería y las relaciones entre los personajes.

Por ejemplo, hay un episodio donde una criatura se engancha a la nave Enterprise para alimentarse de su energía.

La primera reacción, obviamente, fue la de intentar destruirla.

Sin embargo, el Capitán Picard (grande Patrick Stewart), intenta por todos los medios que no la maten alegando que toda forma de vida tiene derecho a alimentarse e intentar sobrevivir.

Por ejemplo, el tema de los Borg.

En serio, qué mal rollo me daban.

Mucha peña interpreta las obras, sean series, novelas o cómics, como un reflejo de sus propios anhelos, creencias e inquietudes.

Esto siempre me ha parecido absurdo.

A mí me gusta entrar en contacto con las ideas y fantasías de otros.

¿Qué cojones me aporta leer un libro o ver series si, al final del día, no voy a esforzarme por entender qué me han querido transmitir, sino a volcar en ellas mis propias ideas preconcebidas?

Parece una chorrada, pero muchos consumen ‘cultura’ de una manera masturbatoria que no acabo de comprender.

Como no hacen el esfuerzo de entenderla, tan solo refuerzan lo que ya llevan dentro.

Por ejemplo, muchos te soltaban que los Borg eran una clara metáfora del ‘KoLoNiALisMoh’.

¡No!

¡Eran algo todavía más profundo y currado!

Los Borg, la raza más poderosa del universo ‘Next Generation’, eran una metáfora de las grandes corporaciones.

¿Por qué?

Las grandes corporaciones en el mundo actual son tan poderosas que ningún gobierno puede frenarlas.

No se cargan las culturas locales, sino que de alguna manera las absorben.

A muchos esto puede que os vuele la cabeza, pero hubo una época donde ver un McDonalds, un Burger King o un Starbucks en España era algo bastante extraño…

Los Borg no te matan, te ‘convierten’. O, mejor dicho, te ‘asimilan’.

Las grandes corporaciones no te obligan a que compres sus productos.

Y sin embargo tienes a miles de idiotas pidiendo préstamos para pillarse un iPhone o hacer un viaje a Disneyland París.

Pero lo peor de todo es que las grandes corporaciones forman una especie de ‘súper-organismo’, ya que de alguna manera están todas ‘entrelazadas’, que es quien lo controla todo realmente.

Da igual que todo se esté yendo a la mierda o que se hagan manifestaciones o que escribas duros artículos en contra de sus prácticas: ‘Resistance is futile’.

Hoy en día el tema de las grandes corporaciones con Facebook, Google, Amazon y demás es como más evidente, pero, insisto… ¡Esto era algo muy atrevido y novedoso en los 80!

Sin embargo… ¿sabéis de qué va la primera temporada de ‘Picard’?

Sobre si los robots realmente pueden tener vida y conciencia…

Vamos, lo nunca visto en ciencia ficción (adviertan el tono irónico).

A nivel intelectual ‘Picard’ es flojísima.

Es tan tonta que parece estar diciéndonos que todos nos hemos vuelto más idiotas o algo así y que por tanto los temas a tratar deben ser más simplones.

Pero es que además, para variar, es demasiado ‘correcta’.

La ‘corrección política’ actual va más allá de, como se dice en Internet, el woke y toda la ‘gay shit’.

Es algo que se siente en los personajes, las tramas, los diálogos… ¡Hasta en los escenarios!

No sé si os pasa, pero tengo la sensación de que casi todas las series y pelis han sido escritas y producidas por Flanders de pelo azul.

Son como una especie de remakes de ‘Mujercitas’ con vena progre…

Lo que hizo grande a ‘Star Trek: The Next Generation’ era que te hacía reflexionar sin dejar de ser entretenida. Darle al coco, joder.

‘Picard’ es un panfleto que intenta ‘aleccionarte’ sobre movidas de las que ya estamos todos bastante hartos.

No aporta nada, joder.

Encima es aburrida.

Parece mentira que teniendo un presupuesto y unos recursos infinitamente mayores que la serie de los 80 llegue a ser tan tediosa.

Es más empalagosa siendo que… ¡Incluye muchas más escenas de acción con sus explosiones y demás!

La verdad es que cada vez me cuesta más encontrar películas y series que me gusten.

Es una mierda, joder.

Cambiando de tema, gracias a este blog he podido comprobar de primera mano algunas historias que en su día no me podía creer del todo.

Por ejemplo, todo el rollo de la publicidad y el márquetin.

Pensaba que no éramos tan idiotas para caer en sus truquitos, pero… ¿sabéis qué? Sin salir de este blog me he dado cuenta de que funcionan.

Dicho de otra manera, cada vez que los he puesto en práctica han dado resultados.

Ha picado mucha gente.

Tanto es así que si desde hace un tiempo pongo títulos ridículos o hablo de temas muy ajenos a la seducción es porque quiero creer que la peña no es tan básica, joder.

Por poner un ejemplo reciente, la entrada ‘Lo que realmente gusta a las mujeres’, que tenía un título en el que parecía que se fuese a revelar algún ‘secreto femenino’, ha triplicado las visitas de otras recientes.

Para entendernos, el ‘clickbait’ funciona y muy bien.

Pese a que yo creía que ya era una herramienta desgastada por los vídeos y titulares de periódicos y demás lo cierto es que la peña continúa cayendo en sus redes.

Si quisiera multiplicar el número de visitas tendría que hacer títulos de este palo:

-LO QUE MÁS PONE A LAS MUJERES.

-CÓMO PASAR DE FRIKI A HOMBRE ALFA.

-TEN MÁS DE 3 CITAS POR SEMANA.

-LAS FEMINISTAS SE EQUIVOCAN… ¡NO TE AVERGÜENCES DE TU POLLA!

-TRES TRUCOS PARA LIBERAR FEREMONAS Y PONERLAS CACHONDAS.

-CÓMO ME LIGUÉ A TRES MUJERES 10/10 EN LA DISCO.

-4 FRASES PARA SEDUCIRLAS.

-CÓMO SER POPULAR EN LA UNIVERSIDAD.

Etcétera.

Sí, sé que os habré arrancado alguna sonrisa. Pero funciona.

Lamentablemente, funciona.

Gracias a este blog sé qué genera interés y qué no, qué quiere leer la peña y qué le causa rechazo, qué ideas son mejor aceptadas que otras, qué manera de expresarme vende más y tal y cual.

Esto, unido a todas mis lecturas, experiencia y estudios, podría convertirme en el mayor vendehúmos de este país.

Sé que suena soberbio, pero es la puta verdad.

Si quisiera en unos meses sería más famoso que el anormal de las burpees a las cinco de la mañana.

Tengo una materia prima que me elevaría a lo más alto de ese ‘mundillo’.

Pero no lo voy a hacer.

¿Por qué?

Son varios los motivos.

El principal es que soy un buen tipo al que no le gusta engañar a la gente. Y mucho menos en temas tan sensibles.

Pero hay otros.

Por ejemplo, que me la sopla la motivación económica.

Yo entiendo que si trabajas como dependiente por el salario mínimo de 9:00 a 21:00 en una mierda de tienda del centro, como hacía cierto ‘maestro seductor’ que yo me sé, quieras mejorar tu estatus, aunque sea a costa de cobrar a la gente llenando su cabeza de ilusiones y estupideces.

Yo, por el contrario, cobro más de lo que puedo gastar.

Encima, de una manera honrada que me genera una gran satisfacción.

Yo trabajo con mi cabeza.

Me produce un placer intenso comprobar que mi cabeza, y no mis manos, es la que me da de comer.

Por ejemplo, que ya estoy mayor.

Ahora mismo solo me apetece leer un buen libro de vez en cuando, drogarme y follarme a una pelandrusca de 22 años.

A medida que te haces viejo todo y todos te la empiezan a sudar más.

Es maravilloso, joder.

¿Veis? Si quisiera hacer algo ‘comercial’ no debería tocar el tema de las drogas.

Es algo que me hace perder lectores.

Hay muchos Flanders que se piensan que el meterte tus fiestas con ciertas sustancias es sinónimo de acabar en las calles de Philadelphia colocado de fentanilo o algo así.

Si quisiera captar adeptos tendría que hablar constantemente sobre los beneficios de la salud y soltar discursos motivacionales espartanos para que fueseis al gimnasio y os sintieseis especiales por llevar una vida más sana que la de la ardilla que vive en el árbol que hay delante de casa.

Pero es que, de nuevo, os estaría mintiendo.

¿Por qué creéis que hay peña que se engancha a las drogas? ¡Porque son divertidas!

Lo desagradable rara vez crea adicción, joder.

Por otro lado, ya os he dicho varias veces que el deporte es muy importante (sobre todo, a partir de los 40), sí.

Esto no es discutible ni opinable. Es así y punto. La evidencia científica al respecto es abrumadora, joder.

Todos tenemos que mover el esqueleto.

Lo que siempre os suelto es, ya que vais a estar dedicando un tiempo a la actividad física, que al menos os intentéis divertir lo máximo posible.

El gimnasio es un coñazo.

Y os lo dice un tío que se obsesionó con él.

¿Queréis estar en forma? Apuntaos a boxeo o muay thai.

Además, vais a aprender a defenderos.

De hecho, a mi entrenador actual le mola poner a practicar a los nuevos con un tío asiático súper pequeño que los acaba machacando.

¿Por qué? Para demostrarles que la técnica importa.

Que un puto hobbit que parece inofensivo puede mandarles al hospital a base de hostias, joder.

Mirad, las personas adultas que trabajamos tenemos de media entre una hora y media y tres horas de actividades no laborales al día (ver NeSFliS después de cenar no cuenta).

Dicho de otra manera, disponemos de entre una hora y media y tres horas al día para hacer algo que no sea currar.

Mucha gente emplea este tiempo en el gimnasio.

Se imaginan a sí mismos súper fuertes follándose a chonis con las tetas operadas.

Yo fui uno de estos idiotas, joder.

Sin embargo, os recomiendo que ese tiempo lo dediquéis a algo más productivo.

Por ejemplo, una ampliación de vuestros estudios que os pueda servir para que os paguen más.

O para leer por satisfacción personal.

O incluso para salir de fiesta y sociabilizar.

Pensadlo: muchos malgastáis vuestro tiempo libre semanal levantando hierros como subnormales en una ratonera llena de tíos hasta las cejas de esteroides y tipas que no paran de hacerse foticos.

Es patético, joder.

Pero, claro, esto no dejan de ser ‘recomendaciones’.

Yo no tengo la verdad absoluta.

Puede que a alguien le haga especialmente feliz el hacer press de banca. Yo qué sé, de cosas más raras se han visto. Hay peña que incluso paga por ver cine español subvencionado…

Durante mucho tiempo he intentado encontrar algún tipo de ‘verdad científica’ sobre cuál es la mejor manera de vivir la vida y estar satisfecho con uno mismo.

¿Y sabéis qué?

No la he encontrado porque no existe.

El universo no tiene un motivo ni un propósito en sí mismo.

El universo simplemente ‘es’.

Esto como humanos nos cuesta mucho de entender porque nuestro cableado cerebral necesita que le demos un ‘sentido’ o un ‘fin’ a todo.

Muchos creyentes, por ejemplo, tienen serios problemas para aceptar algunas verdades científicas por culpa de esta configuración.

Por ejemplo, que la evolución no vaya hacia ningún lado en concreto les peta el melón.

Ese típico dibujo donde se muestra la evolución de una especie en plan  ‘mejora constante’, desde su antepasado más remoto hasta el más actual, es un error de interpretación del evolucionismo.

Lo cierto es que un organismo aparentemente más simple en esas ‘cadenas’ puede, o pudo, estar mejor adaptado a su entorno que otro más complejo. Y, por tanto, tener más probabilidades de sobrevivir y reproducirse.

Vamos, que la evolución no sirve para ‘mejorar las especies’.

Las mutaciones vienen y van. Algunas sobreviven y se propagan en el tiempo porque son exitosas. Otras, no.

Algunas que son exitosas con los años debido a cambios bruscos en el entorno dejan de serlo y viceversa.

La evolución no tiene ningún tipo de dirección ni de ‘diseño’. Y esto es algo que sabe cualquiera que se haya preocupado en estudiarla.

Esa estúpida idea de que nosotros somos la culminación de la evolución es absurda, ya que como animales adolecemos de muchos defectos que no tienen otras especies.

Diré más: el que tengamos una inteligencia superior también ha sido algo muy fortuito.

Una rareza dentro de la ‘vida’.

De hecho, uno de los argumentos típicos en contra de que podamos toparnos con ‘vida inteligente extraterrestre’ es precisamente que de los millones de especies que han surgido en este planeta solo nosotros, y si me apuras otros homínidos cercanos como los neandertales, hemos tenido tanta capacidad de abstracción y raciocinio.

Es decir, lo que nos demuestra la vida, tal y como la conocemos en este mundo (y, por el momento, tenemos serias dudas de que pueda existir otra ‘distinta’), es que la ‘inteligencia’ no solo es poco común, sino que consume mucho a nivel energético.

No tenéis ni puta idea de lo que necesita para tirar un cerebro como el nuestro, joder. Incluso a nivel de fecundación y parto, joder.

En nuestra propia especie, que es capaz de razonamientos profundos, la inteligencia no se manifiesta igual entre todos los individuos.

Al grueso de la población, por ejemplo, le cuesta muchísimo la ciencia o cualquier idea que implique una cierta complejidad o abstracción.

Es el motivo por el cual hay libros de psicología buenísimos y con vocación científica que se quedan en el olvido y coaches con pinta de arreglar calderas que sueltan cuatro obviedades y se forran.

Es el motivo por el cual los conciertos de reggaetón y Taylor Swift están a reventar y muchos compositores geniales del mundo actual tienen que dar clases a niñatos engreídos para pagarse los almuerzos.

Es el motivo por el cual el grueso de la población es tan manipulable: ni razona ni sabe cómo hacerlo.

Etcétera.

No voy a extenderme más en este punto.

Quiero que os quedéis con que esta mala concepción del evolucionismo es un ejemplo de que seguimos pensando en términos de ‘sentido’ o ‘finalidad’.

Así es la cruda verdad: vivimos en una roca que flota en mitad de un espacio inmenso.

No hemos sido colocados en esa roca por ningún dios ni con ningún propósito.

Al contrario, es pura coña el que podamos realizar acciones complejas como leer.

De hecho, somos la única especie del planeta con la capacidad de leer.

Durante mucho tiempo estas ideas me generaban una gran angustia.

En plan: ‘Joder, aparecemos en un lugar del que no sabemos una mierda, pasamos media vida preocupados por tonterías, aguantando imbéciles a los que alegremente dejaríamos sin dientes y haciendo actividades que no nos gustan con tal de sobrevivir para que, al final, hagas lo que hagas, seas bueno o malo, lo único que te espere sea la muerte’.

Pero ahora todo esto me parece liberador.

Muy liberador.

Las personas necesitamos encontrarle un sentido a todo, incluida nuestra propia existencia.

Como la base es que este no existe, sino que se lo damos nosotros, podemos escoger el que más nos guste.

Para unos será montar una familia, aguantar una charo gorda y malhumorada, llevar a sus hijos a los cumpleaños de los hijos repelentes de otros padres, etcétera.

Para otros, montar una banda de doom metal.

Para otros, seducir a mujeres en Centroeuropa.

Para otros, llegar a competir dentro de un ring.

Para otros, acumular experiencias viajando.

Etcétera.

Todos tenemos la obligación como humanos de dar sentido a nuestras existencias.

No queda otra.

Es por esto que me molestan tanto los ‘coaches’ que te aseguran tener la ‘clave del éxito’ o cómo debes organizarte, pensar o pasar tu tiempo libre.

Qué coño, hasta te dicen cómo deben ser tus amigos jo jo jo.

En primer lugar, porque un ‘coach’ se diferencia de otros profesionales en que no tiene una formación reglada.

Dicho de otra manera, pones tu vida en manos de tipos que tal vez se hayan sacado un cursillo de dos semanas o hayan adquirido sus conocimientos de vídeos de Youtube o leyendo autoayuda barata.

Vamos, ser ‘coach’ es un ‘no tengo estudios’ de manual.

O, como mínimo, un ‘tengo una formación dudosa’.

De hecho, una frase típica de los coaches es que estudiar no vale para nada jo jo jo.

En segundo, porque como os he dicho muchas veces no todos los mensajes venden igual.

Y si tu motivación es el dinero tan solo vas a soltar aquello que te lo reporte.

En tercero, porque, de verdad, insisto, no hay una sola manera de movernos por este mundo ni de alcanzar la gloria.

Por ejemplo, ser una puta mole de grasa de 160 kilos no es nada recomendable para ligar.

¿Por qué? Tu físico no resulta atractivo para las mujeres.

Sin embargo, Kim Dotcom, el creador de Megaupload, que era un gordaco de manual, siempre se follaba tías buenas y montaba unas fiestas que muchos ni soñáis.

¿Qué lo querían por el dinero? Por supuesto ¿Qué él las quería por sus mamellas? Pues también.

Era un win-win.

¿Lo veis? Aunque de normal para ligar el ser una ballena te vaya a jugar a la contra hay tipos que teniendo un físico poco apetecible ligan más que vosotros.

A mí un personaje español que me fascina es Nacho Vidal.

Se trata de uno de los actores porno más famosos a nivel mundial.

Os recomiendo muchísimo leer su biografía porque es una locura.

Es un pavo que se dejó el colegio, se drogaba, hacía mucho el loco con sus amigos… y sin embargo consiguió un éxito arrollador tanto en su sector como en otros.

De hecho, el tipo tiene un tríplex en Barcelona, un loft frente a la Playa de Valencia y un chalé inmenso en un pueblo también de Valencia.

Por no decir que se ha follado a más de 5.000 pavas.

¿Es aconsejable seguir los pasos y formas de Nacho Vidal para alcanzar objetivos?

Pues no.

Lo más seguro es que si intentáis imitarlos acabéis en la mierda.

Con lo que quiero que os quedéis es que a él SÍ LE FUNCIONARON, lo cual demuestra que NO HAY UNA ÚNICA VÍA para llevar una vida plena e incluso petarlo a nivel internacional.

Otro ejemplo: en mi época los frikis con gafitas que jugaban a videojuegos y vivían con sus mamás eran con diferencia los que menos follaban.

Por no decir que su carencia de habilidades sociales les hacía, además, ser lo más bajo de las empresas.

Sin embargo, gracias a internet, a Twitch y Youtube, muchos de estos ‘pringaos’ no solo han ganado un pastizal, sino que además se han follado tías potentorras.

De nuevo… ¿Aconsejaría pareceros a estos pavos para ligar o vivir desahogados económicamente?

Pues no.

Pero su mera existencia prueba que no existen verdades absolutas sobre lo que debe o no debe hacerse siempre y cuando no se haga daño a terceros.

El otro día lo pensaba.

¿Sabéis en qué época fui la hostia de feliz?

Cuando todavía no había terminado mi primera carrera y me tocaba trabajar en mierdas inhumanas para mantenerme en Barcelona.

No tenía apenas dinero, iba muy agobiado entre unas cosas y otras y me tocaba vivir en lugares tan humildes que podrían haber sido utilizados como belenes en Navidad.

Pero el estar en la ciudad, el ponerme ropa atrevida y moderna y pendientes y tonterías similares para no ser como los de mi pueblo, el quedar con una chica para ir al cine, el pasear cerca del mar… todas esas pequeñas alegrías que otros siempre dieron por supuestas a mí me hacían sentir de puta madre.

Cada día, por muy jodido que estuviese, por mucho que mi situación no fuese la que os vendería un coach, sentía que todo brillaba.

Actualmente, tras mucho, muchísimo tiempo, vuelvo a sentirme así de radiante.

Os lo conté en una entrada de hace no mucho.

¿Lo veis? Objetivamente estaba en la mierda durante una época que para mí era hermosa y en la que me sentía pleno.

¿Qué más da? Yo estaba como en una nubecita. Me despertaba dando gracias por estar vivo, joder.

Creo que lo más maravilloso de la experiencia humana es precisamente esta libertad para seleccionar los relatos con los que vamos a ‘funcionar’.

Ninguno de ellos es ‘correcto’.

Sí, vale, algunos es más probable que den mejores resultados que otros. O, mejor dicho, que den menos sobresaltos.

Tampoco vamos a negarlo.

Pero no por ello son más ‘correctos’.

No hay ni debe haber una manera ‘científica’ de vivir la vida.

De hecho, algunos de los cambios más potentes que he visto en otros fueron causados por la religión.

No va de coña.

Gente que de repente se volvió muy religiosa y gracias a esto dejó sus adicciones, se puso a currar y con el tiempo alcanzó un buenísimo estatus.

¡Y no hay nada menos científico que la religión!

¿Cómo es posible que algo tan esotérico y falso como un cuento para judíos de hace miles de años pueda provocar cambios profundos siendo que algunas terapias contrastadísimas fallan?

¡Por el simple hecho de que muchas personas reaccionan muy bien a este relato y no a otros de índole más racional!

¡Ese cuento para judíos de hace miles de años es la película que les motiva a seguir adelante, reflexionar y no caer en los mismos errores de antaño!

De nuevo… ¿Os aconsejo la religión para andar por la vida?

¡No! ¡Es una locura! ¡Las religiones no tienen sentido y encima no suelen estar adaptadas a las preocupaciones y problemas actuales!

¡Siempre es mejor la ciencia y lo racional!

Pero ya veis que aun así a muchos les funcionan y muy bien.

Es el ‘relato’, la estructura interna, que les hace no ser unos mierdas amargados.

Cada uno debe abrazar aquellas ideas y actitudes que le hagan levantarse con una sonrisa, satisfecho con lo que hace y la gente que le rodea.

Cada uno tiene que montarse su película.

Cada uno tiene que montarse su propia ‘religión’.

No os confundáis: incluso la gente ‘religiosa’ se monta su propia religión.

¿Por qué? Porque la entiende a su manera o pilla aquellas ideas que cree que van a serle útiles.

Para entendernos, no creo que el catolicismo signifique lo mismo para un ex drogadicto que tras muchos años ha vuelto a estudiar después de desintoxicarse que para un hijo de nobles de VOX…

Por tanto, no hagáis caso a ningún coach, a ningún amigo, a ninguna novia.

Ni tan siquiera a vuestros padres.

Abrazad aquellas ‘peliculas mentales’ que os insuflen de vigor y os proporcionen las experiencias que buscáis de una manera racional y realista.

Abrazadlas sabiendo que vais a pagar un precio.

Por ejemplo, si os quedáis en casa estudiando otra carrera vais a tener menos tiempo para ir al gimnasio y por tanto un peor físico para seducir muchachas.

Pero es que no os queda otra que priorizar.

Lo mismo si os hace felices jugar a videojuegos o al pádel o qué sé yo.

Pasad de los dictadores de lo ‘correcto’.

Recordad lo dicho al principio: ¡Estamos hasta los huevos de lo ‘correcto’!

Repito: no existe lo ‘correcto’.

Mientras respetes a los demás y a ti mismo, correcto es que a ti te funcione.

Y si todavía no has topado con aquello que te haga sentirte como un reloj suizo, tranquilo.

No te preocupes.

Todos hemos pasado por ahí. Sobre todo, de jóvenes.

Si te lo sigues currando y no te apalancas en algún momento lo encontrarás.

Vivir también va de esto.

Esta es una de las entradas más largas que he escrito nunca, joder.

Pero, bueno, creo que voy a pasarme una temporada sin actualizar el blog.

Me apetece pasar un poco del asunto.

En cualquier caso, seguid escribiéndome. Aunque no os responda, os leo con atención.

Felices polvos, cabrones.

Esta entrada fue publicada en AGRESIVIDAD, EVOLUCIÓN PERSONAL y etiquetada , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario